ENCERRADO FUERA

Veinte arboles, veinte, planté al poco de llegar a mi cabaña. Veinte agujeros a pico y pala, que me dejaron deslomado para un par de semanas. La mujer del invernadero me dijo que de un metro cúbico ( 1m x 1m x 1 m, que son mil litros), que se vio reducido al primer picotazo a 0,8mx0,8mx0,8 m (que son 512 litros), a 0,5mx0,5mx0,5 ( 125 litros ) tras el primer tirón, y posteriormente a lo necesario para meter el cepellón bajo tierra. Vamos, que el último peral quedó a ras de prado, y a correr.
La semana siguiente se colaron las vacas de mi vecino, y entre los que se comieron y los que me troncharon, me dejaron la plantación arruinada.
Hete aquí el primer gesto consciente de aprendiz de pasiego : los nuevos arboles los compré sin decir nada a nadie, y los llevé sin enseñarlos, y los planté sin quejarme. Coloqué unas hermosas estacas con dos alambres de espino, como defensa ante las vacas, y me fui satisfecho por la obra, y cabreado con el vecino porque no había tenido su ganado controlado, pues pensaba yo que si el mal lo produce el ganado, debería ser su dueño el responsable de cerrarlo. Inocente de mi.  
El siguiente asalto lo libraron las cabras, que no se detienen ante un insignificante alambre de espino si detrás hay hojas tiernas. Y me diezmaron de nuevo la plantación. Mas bien el diezmo es lo que dejaron, y el 90% lo que comieron.
Para general tranquilidad os diré que el esfuerzo de cavar cada agujero disminuye considerablemente cada vez si lo vuelves a hacer en el mismo emplazamiento, con la tierra ya removida, lo que acorta notablemente el tiempo de recuperación del espinazo. Después de la tercera vez, casi estás al viernes siguiente para salir de fiesta.
Bueno, pues tras tropezar en la misma piedra, coloqué un cierre de los de verdad con postes y malla de casi dos metros de alto. Mientras, pensaba en el dueño de las cabras, y en la mala costumbre de dejarlas a su libre albedrío por ahí. Pero ahora, con mi nueva valla, estaba todo resuelto.......
Llegó la primavera y con ella el ganado del vecino volvió a pastar junto a mi prado. Y mientras yo trabajaba en mi huerta, el pedazo de toro que tiene me miraba, serio e impasible.


Entonces, seguro tras mi valla, pensé que, curiosamente, era yo quien estaba encerrado en mi huertecilla, mientras él pastaba en todo el monte. Yo estaba en mi reducto mio mio para mí, y el era libre. Pero cuando la hierba de fuera se acabase, y sólo quedase la de dentro, no habría valla, verja, escofina, frontera o benemérita que detuviese el deseo o la necesidad de un ser vivo de pasar al otro lado, de sobrevivir, de proveer para los suyos.
Que si de forma natural tenemos derecho a luchar por sobrevivir y por que lo hagan los nuestros, no parece que esta sociedad esté correctamente organizada, si hay quien tiene que saltar alambradas, navegar en patera o morir en los bajos de un camión.
Puta mierda. No hemos avanzado nada. Seguimos defendiendo nuestro prado con alambradas, cada uno su hierba, para que nuestros semejantes no entren. Cuando todos sabemos que hay mas longaniza que días, y que hay orégano suficiente en el campo.Y para mas güevos, en un gesto hipócrita, dejamos entrar a los refugiados políticos (dícese clase media casi europea) y seguimos dejando fuera a los que se muren de hambre, porque esos son migrantes económicos, y a esos no hay que dejarles pasar. Parece que, como corderos de Nietzsche, necesitamos que al otro lado de la alambrada haya alguien jodido para sentir que nosotros estamos bien.
Pues a mí se me atraganta la hierba cuando veo cómo lo pasan al otro lado.
Ven, amigo y pace conmigo. Y paCeremos y paZeremos.

EL LECHON DE LAS MOSCAS

Triste semana. Murió Machote.
Él era la primera piedra del futuro de El Pasiego Glotón. La independencia respecto a las granjas de hembras reproductoras. El macho que iba a procrear y formar mi hato. El futuro.
Lo compré pequeño y sin capar (cosa difícil de encontrar), para que se fuera haciendo a nosotros, con idea de que en invierno empezara a fecundar a algunas hembras escogidas.  Estaba solo en la porqueriza, separado del lote de los pequeños, que ya no lo son tanto, por una pared de tablas protegida con hilo de pastor eléctrico. Y todo iba bien.


Pero el domingo pasado llevé al crio de unos amigos a ver los animales, y quité el pastor para evitar accidentes. Y olvidé colocarlo al marcharme.
Ya os he contado que los cerdos son bastante listos, y aprenden bien lo que es el pastor eléctrico, lo que es una ventaja enorme para su manejo. La contrapartida es que igualmente se dan cuanta cuándo no funciona. Tiraron las tablas e invadieron el espacio reservado a Machote.
Cuando llegué, el animal estaba muerto, tendido junto al comedero. No sé porqué lo hicieron. Imagino que la curiosidad, o el olor a hormonas, o quizás la mala leche.
No había grandes indicios de pelea, por lo que imagino que el animalillo muriera por el susto. El estrés, vaya.
No es cachondeo. Los cerdos son bastante sensibles a este problema, y no es demasiado raro que un cerdo se muera de repente en una situación de estrés, al cargarlo, al llevarlo al matadero, o cosas por el estilo. E imagino que si cinco cochinillos pelirrojos medianos revolotean alrededor de un pequeño, que era bastante asustadizo, pues eso..... 
Apoyado sobre el murete, después de poner en orden todo aquel alboroto, los miraba intentando saber qué y por qué había sucedido en realidad. Y ellos me miraban con ojos extraños. 

 
 
Recordé un episodio que me ocurrió al poco de traerlos a mi granja.
Para situaros, os cuento que nosotros seguimos un sistema de crianza en familia, en el cual todos animales nacidos en un mismo parto van juntos desde el destete hasta la fase de engorde, lo que les reduce el estrés y aumenta el bienestar animal. Esto en las granjas mas grandes es dificultoso, porque crecen a distinto ritmo, y a lo que tienden es a lotificar los animales por tamaño. Pero a mí me va bien así.
No obstante, cuando traje a estos diablillos rojos, tenía en el lote anterior a uno, Willow, que se había quedado atrás, pero muy muy atrás. Vamos, que era un enano. Y pensé que, una vez adaptados, sería bueno meter a Willow con los pequeños, para darle una oportunidad de hacerse un poco dominante y medrar algo mas.
Tras correr detrás de él por la pocilga, conseguí agarrarlo de una pata, y casi en volandas lo metí con los pequeños. 
En los 35 segundos que duró el experimento, le metieron tal somanta de palos que me lo llevé de nuevo a su sitio, y esta vez ni protestó. Ahí sigue, pequeño pequeño, pero tranquilo, entre los grandes.
Hasta aquí la anécdota ganadera. Y ahora la cuestión es: ¿Por qué esta reacción?. Aquí no hay territorio que defender, ni machos que tengan que perpetuar su material genético (están todos capados), ni hay discusión por el alimento, el agua ni el refugio. ¿Es instinto de grupo? ¿Atacar al de fuera por ser de fuera? 
Desde luego no me cabe duda que el ser humano es capaz de comportamientos que no tiene cabida ya no digo en un estado de civilización sino ni siquiera en el salvajismo o la barbarie. (Coño, esta afirmación tiene mucho que discutir, pero démosla de momento por buena).
Pero ¿y los animales? ¿Son capaces de comportamientos de este tipo? Pues parece que hemos visto ejemplos de chimpancés que aniquilan salvajemente a las crías de sus adversarios, y cosas así. ¿ es mera supervivencia?¿o puede haber pura y dura maldad?
Cabe preguntarse si el comportamiento inteligente que demuestran algunos animales va unido a la capacidad para el mal.
¿Y si Machote murió por los palos de los que eran mas grandes que él? ¿Es posible que lo liquidaran sin necesidad, sólo por ser ajeno al grupo, aunque fuera invadido y no invasor?
¿Es posible que el clan de los salvajes cazadores haya de nuevo matado al Piggy de esta historia?
Sé que quiero pensar que no, pero no sé si quiero saber lo que pienso.
Como dijo Janis "maybe, maybe, maybe"

QUENTIN´S PRIMAVERA

Como todos los años por estas fechas, llegó un lunes en que él entró a la oficina frotándose las manos, diciendo que ya es primavera, que en Madrid ya se ven tirantes y minifaldas.
A lo "Quentin" le llamaremos, para no desvelarle, señor azul. Y es que mi compañero de trabajo, el señor azul vive en el intramuros de la M-30, donde sólo por esto y por los anuncios de El Corte Ingles pueden apreciar el inicio del cambio de estación.
En mi ciudad, mucho mas pequeña, podemos añadir como señal el aumento del número de ciclistas. Y recuerdo de mis tiempos de jugador de rugby que los de atletismo, de forma repentina, se curaban de las lesiones y se libraban de los compromisos laborales que los habían tenido apartados de las pistas durante todo el invierno, mientras nosotros habíamos estado pudriendo el cuero de las botas en los charcos del campo. Y mientras el señor morado y yo aguantábamos los sacos para que el primer equipo se entrenase, ellos volvían a correr, limpios y hermosos al rededor del mismo. 
Es bien sabido que en la ciudad se aprecian de una manera mas grosera las estaciones, y que cuando uno se da cuenta del cambio, es porque ya está asado, o constipado, sin ser nunca capaces de apreciar los primeros síntomas del cambio.
Ahora que tengo ganado y una huerta que cuidar, me doy mucha mas cuenta de las estaciones, de la duración del día, de cuanta luna hay, de por dónde pega el sol, y por dónde la lluvia. Y eso que yo estoy en el sector de la obra civil, en el que ya lo notamos bastante mas que la media.
Pues os contaré tres detalles distintos, aprendidos de buenos amigos, que yo aprecio desde hace poco.
PARTOS (El señor amarillo).
El señor amarillo hace los mejores quesos Idiazábal del mundo. Y esto posiblemente sea cierto.
Tiene un rebaño de unas doscientas ovejas, a las que insemina cuando le conviene, todas a la vez, para que paran al tiempo, y poder producir sus maravillosos quesos con cierto orden.
De modo parecido, los rebaños de cabras y ovejas que se tienen de forma mas o menos silvestre, están ahora en un momento espléndido, pues se llenan de crías. Se ven cabritos y corderos desde todas las carreteras, sin necesidad de fijarse en exceso. Y es que estos animales tienden a parir a final de invierno, principio de primavera, para maximizar las posibilidades de éxito de los nuevos animales, poniéndolos a pastar cuando hay mas y mejor hierba en los prados.
CORZOS (El señor verde).
Por motivos laborales, durante un tiempo compartí horas y horas de coche con el señor verde, un tipo aficionado a la caza, pero muy aficionado, que de vez en cuando me sobresaltaba con un grito :
- Mira uno, mira uno!!!.
Yo no veo nada. Este me toma el pelo, aprovechando que soy yo el que conduce. Es el segundo en tres días. A ver si todos los corzos de la región los va a ver éste desde el coche ........
Me parecía que se mofaba de mi, o que se chuleaba. Pero me fue explicando que los corzos son muy sibaritas comiendo, que tienden a buscar los brotes mas jóvenes y tiernos. El señor verde, que sabía muy bien lo que decía, me explicó que al principio de la primavera, hay brotes de este tipo sólo en la parte baja de los valles, y que es fácil ver a los corzos buscándolos a última hora del día  en esa zona que limita entre el bosque y el prado.
Hoy es bastante fácil para mí volver en coche desde la Vega de Pas y ver uno o dos corzos, allí donde me dijo que debía buscarlos.
ESTIERCOL (El señor rojo)
La mayoría del ganado ha estado la mayor parte del invierno estabulado, comiendo heno o silo y sin salir a penas de la cuadra. Situación relativamente cómoda si no fuera por el pequeño detalle de que también llevan semanas y semanas descomiendo dentro de la cuadra.
Normalmente, se les echa paja o helechos para hacer las camas, y se retiran junto con los excrementos de los animales cada día, en teoría, para llevarlo al estercolero, o a la pila que se tiene al efecto. Luego irá para alimentar a los prados, pero en invierno es imposible sacarlo, porque los prados están tan empapados que no se pueden transitar, y además hay que dejar el abono que se descomponga un poco.
Pero el invierno ha sido largo, muy largo, y ya no hay sitio para nada en la cabaña. La mierda se sale literalmente por todas las esquinas.
El señor rojo se apoyó en el borde del muro que confina a mis animales, y me dijo que tenía que sacar el abono.
- No. Si. Pero es que yo uso el método de la cama profunda, u holandés, que consiste en bla, bla, bla ...
Tan solo levantó una ceja para contestar.
- a o rás
-Que?
- A o carás.
-Queeeeeee?
- Que ya lo sacarás !!!
Y llegaron por fin los días claros, de sol, y se secaron los prados, y todos los pasiegos, y yo con ellos, nos afanamos en sacar abono de las cabañas y cuadras. Los contados afortunados que pueden, con tractor, la mayoría a carretillo o con un burro, y el tocho del pueblo (me autoapodaré señor lila), a capazos al hombro.  
Si miras los prados de esta zona, verás montones de abono repartidos regularmente, como si formasen un damero. Cada viaje de carretillo o burro, en una pilita que, después de secar un tiempo, se esparcirá con la pala de ganchos por el prado para que de aquí a agosto dé lo que tiene que dar.
Y si miras con un poco mas de atención, veras al señor rojo, y posiblemente a los demás, sonriendo mientras el señor lila ha necesitado una lumbalgia para convencerse de que debe refinar su método.

"BLANCO ES NEGRO"

Hoy mi hija pequeña me despierta viendo las marzas en Youtube. En su magnífico y público colegio dan bastante importancia, entre otras cosas, a este tipo de manifestaciones culturales, y tratan de transmitir a los niños valores fundamentales. Y yo este año, por primera vez, siento las marzas de una nueva y distinta manera.
La primavera no deja de ser un tiempo de carencias, pues aunque hay partos en los rebaños y las huertas empiezan a florecer, nada de ello está aún listo para comer (quizás por ello coincida con  la cuaresma). Y sin embargo es un alivio enorme terminar el invierno, que es un tiempo en el que el objetivo es simplemente la supervivencia del rebaño.
Aquella semana nevó como hacía tiempo. El martes subí a ver a los animales, y ya había blanco de lo lindo. El jueves, a duras penas llegué a embarrancar el coche al pié de la pista que conduce a mi cabaña, y para cuando con ayuda de mis vecinos lo sacamos, ya era de noche, y con nieve hasta la rodilla no era momento de subir a nada.  
El viernes imposible, y yo todo preocupado. Los cerdos tiene comederos grandes, y de esto no les iba a faltar, pero como todavía son pequeños, y están aún en una sitio cerrado, dependo absolutamente de los bebederos y de la manguera que baja el agua del río a la finca. Ésta se hiela a veces, y se sale o desceba cuando el regato baja muy crecido, por lo que me preocupaba bastante que se quedaran sin agua. El depósito dura al menos un par de días, pero si la mala suerte hubiese querido dejarme sin agua justo tras mi visita del martes, empezaban a ser demasiados días. Así pues, el sábado prontito, "parriba".
Carretera limpia por la pala del Ayuntamiento, y dejo el coche a pié de pista. Botas, abrigo, guantes y gorro, y a caminar con la nieve hasta la rodilla (o casi). Empieza a nevar y acelero. Llenar comederos, y colocar el agua. El pastor eléctrico está cubierto por la nieve, por lo que hay que desenchufarlo. Paja en las camas de los animales, y corriendo de vuelta.
Y mientras bajo pasito a pasito en la nieve, que ya se ha colado en las botas y me deja los dedillos de los pies como berenjenas, voy pensando en la tarea realizada, y me siento por un momento como un Shakleton bregando por los suyos.
Llego al michubichi, y me quito el goretés y me cambio el polartec, y entonces me siento como un cretino por mis sentimientos anteriores. "Blanco es negro" viene a mi cabeza.
Y recuerdo el extraordinario documental de "los gemelos". Carlos e Higinio Sáinz Crespo son dos tipos estupendos. No se puede decir de todos los amigos de los hermanos mayores que a uno le han tratado con cierto respeto, y ellos son en este sentido de lo mejor. Bueno, pues en "Pasiegos, los valles del silencio" hacen un retrato asombroso de estas tierras.
Aquellos hombres hablando de su vida real, de su día a día, me impresionaron. "Blanco es negro". Y yo, gilipollas de mí, he ido una tarde nevada a ver a mis cerdos.
Un solo fotograma del documental puede decirles más que este torpe tipo de ciencias escribiendo un blog. Véanlo.

RUIDO DE MOTOSIERRAS

Suenan motosierras en el monte, y el paseante de domingo se estremece. Uno piensa en el caos y la destrucción del bosque. Pero no siempre las cosas son tan perniciosas como nuestra conciencia nos hace pensar en un primer momento. Y es que el otoño trae otra de las tareas importantes del año: la provisión de leña para el invierno.
Todo el mundo se afana en cortar y picar la leña necesaria para calentase durante el duro invierno pasiego, ya que sin chimenea, estufa de leña o "cocina económica", como se les llama en algunos lugares, sería muy difícil soportar su rigor. Pero que muy difícil.
Este año, la tarea es un poco menos dura, pues dos contratas han estado trabajando en la zona de Pandillo. Por un lado, Red Eléctrica Española ha limpiado la sombra de la línea de media tensión que va mas o menos paralela a la carretera (si, aquí también tenemos electricidad) dejando multitud de troncos, tronquitos y ramas que son aprovechadas por los vecinos. Y los de Ríos limpiaron también las márgenes, con su correspondiente material sobrante. Este año el maná ha caído en forma de ahorro de dolor de espalda.
Esto unido a los árboles caídos en las tormenta, algún ejemplar concreto que molestaba, y lo que se puede recoger en el monte, genera biomasa suficiente para todo el barrio. Súmese las vigas medio podridas de algún arreglo de tejado, los palés viejos de las obras, y será suficiente. No he visto en general talar árboles exproceso para hacer leña, aunque alguno habrá.
Pregunta: ¿es sostenible quemar madera para calentarse durante el invierno.? Respuesta: Si. Y ahora, los matices.
Si entendemos que la madera proviene de un bosque gestionado de manera sostenible, ratificaremos la rápida respuesta dada anteriormente. Esto es: un bosque fertilizado por medios orgánicos, del que se saca cada año menos o igual biomasa que la que la propia vegetación del bosque puede generar en el mismo tiempo, en el que no se talan ejemplares, sino que se saca madera principalmente de limpias, o incluso si se tala de manera programada y cuidada. Quizás también explotaciones madereras sostenible, que las hay, que generan restos susceptibles de ser aprovechados. Al fin y al cabo un bosque puede entenderse como una huerta grande. 
Mire usted los bosques de la zona, y verá que mas o menos, cumplen lo dicho. Y que si el aprovechamiento es para las chimeneas del pueblo, será sostenible, pues parece que llevan así décadas, y ahí sigue. Que no estoy hablando de talar un robledal para quemarlo. Hablo se subir al monte con una motosierra y un cuévano, y bajar unos viajes de leña. 
Si no me cree, piense en la alternativa: ¿Acaso su estufa eléctrica, usando energía de la red generada en centrales térmicas de carbón o en nucleares? ¿la calefacción de gas obtenido mediante fractura hidráulica en Polonia?. Pensemos en qué es lo que altera el equilibrio natural. Ya sabe, aquello de la capa de ozono.
No todo el humo que sale de las chimeneas debemos considerarlo pernicioso (ahora es cuando alguno me llamará de todo). Volvamos al concepto de Sistema. En la corteza terrestre hay el carbono que tiene que haber, y éste pasa de estar en el aire estar en forma de materia orgánica por la fotosíntesis de las plantas, y luego vuelve a la atmósfera por respiración (combustión al fin y al cabo) de los animales, o porque se quema, pudre etc. Esto no altera el equilibrio, pues está dentro del ciclo normal del carbono.
El problema viene cuando carbono que estaba fuera de este círculo se introduce en él : combustibles fósiles que no estaban en la balanza inicial y que ahora pasan a estar porque los hemos extraído del subsuelo y quemado. Este es el problema, y aquí viene el efecto invernadero.
Cuando la gente que vive en el medio rural consigue sacar provecho de un monte "cultivado" o bien de un bosque autóctono, se tienen mas garantías de la supervivencia del mismo.

HUERTOS COLECTIVOS

El chaval antes tenía una melena monísima, que adornaba con una gorrita tipo yanki, por supuesto colocada de cualquier modo menos con la bisera hacia adelante. Luego una cresta y ahora algo indefinible, aderezado con camisetas negras de grupos musicales y, eso sí, el pantalón atado en su sitio, sin que se le vea la hucha, lo que es de agradecer. Una parte de la población, a la que no voy a calificar, diría que tiene pintas de perroflauta. A mi me parece que es un adolescente casi adulto que como todos, está definiendo su personalidad y está inmerso en la búsqueda de modelos que todos necesitamos. Lo cierto es que es un chaval bien majo, que no da especiales problemas en casa, y que a sus diez y ocho añazos me saluda con un beso cuando lo veo de vacaciones en vacaciones. 
- Tío, quiero ir a tu cabaña a ver la huerta.
A cuadros...
Hay dos posibilidades. O este chaval va a cursos de habilidades para directivos, y quiere empatizar conmigo, cosa que en mi trabajo me pasa de vez en cuando y que huelo cada vez desde mas lejos, o bien hay algún factor que desconozco. 
Pues resulta que alguien en su barrio madrileño pegó una patada a una verja y ocupó un terreno de no sé quien, donde comenzó a cultivar algo, y ahora el chaval y su célula de amigos anarquistas participan en la gestión de un huerto colectivo. Con dos cojones.
De este hecho mas o menos normal (algo menos para los santanderinos, y algo mas para los madrileños), me quedan en la cabeza dos reflexiones. La primera, que queda fuera del ámbito de este blog, la escribo sin mas: maldigo a aquellos que acuñan frases del tipo "es que los jóvenes de ahora.....". Los jóvenes de ahora, como los de antes, los hay tontos y listos, altos y bajos. Los que no valen para tacos de escopeta, y los que aún no votan y ya están intentando cambiar el mundo. Los brillantes destinados a vivir en el lado grueso del embudo, dispuestos desde pequeños a estrujar al lado delgado, y los que quieren quemar el embudo. Los que van a engrosar una masa borreguil, y los imprescindibles. Y aquí lo dejo.
La segunda idea, es que las huertas en general son un elemento bastante apropiado para la comunicación, educación, trabajo social, para las relaciones humanas y familiares. Hemos visto grandes ejemplos de huertos callejeros en Detroit, o de asociaciones de cultivadores en azoteas de Nueva York, pero también vemos modestos huertos urbanos en ciudades próximas, huertos intergeneracionales, huertos en colegios, huertos de jubilados en las ramblas de Barcelona y de vez en cuando, una tomatera en una ventana.
Quizás sea porque la huerta no requiere decisiones urgentes, y siempre se puede meditar y discutir, ya que tampoco tiene verdades absolutas ni reglas universales. Es un lugar donde sentimos en primera persona los efectos de la planificación previa, y donde cada primavera tenemos la oportunidad de corregir nuestros errores, o de asumir nuevos retos o riesgos. Donde cada año empezamos de nuevo, de cero, a solas con nuestro know how.
Ya os conté en este blog (Nuestra explotación\génesis) lo que puede ser una huerta para una familia. Si consigues comerte un tomate madurado al sol, te enamorarás, y si tus hijos llegan a coger una fresa de una mata que hayáis cultivado juntos y comerla en el momento, habrás dado un paso gigante.
Y no es necesario un super terreno, pues no hablo de huertos que busquen una determinada producción o rentabilidad económica. Hablo de otra cosa. Hablo de compartir un proyecto con tu entorno y disfrutarlo. Un balcón, un alféizar, una azotea, un patio trasero, el microjardin de un chalet "endosado". Hay alternativas y posibilidades para toda circunstancia. Sofisticadas, económicas, tecnológicamente complejas, con y sin tierra, simples, fáciles y otras en lugares imposibles. Sólo tienes que buscar, preguntar, hablar, equivocarte y corregir. Sólo tienes que empezar. Planta un tomate hoy : Incluso el viaje mas largo, comienza con el primer paso.
Si pones una huerta, serás mas feliz.

PIEDRAS

Fui a ver mi actual cabaña por primera vez con su anterior dueña, una señora ya mayor, sacando la lengua detrás suyo para poder coger aire, mientras subíamos andando por eso que ellos llamaban pista.
Una de las cosas que mas me llamó la atención, a parte de mi lamentable estado de forma, fue aquel montón de piedras que se podía ver en un lateral de la cabaña, formando algo parecido a una grada. Vistazo arriba, vistazo abajo, y no fui capaz de saber qué era. Quizás para formar una zona plana donde poner una huertecita?. Lo cierto es que ahora es el único sitio lo suficientemente plano como para poner una mesa en la calle.
- Dígame, Trini. ¿Para qué son esas piedras así colocadas?
- Es que estos prados son hechos.
¿ Lo quéeee ? No supe qué me estaba diciendo, y lo cierto es que, a pesar de que un rato mas tarde volví a preguntar, no pude sacar mas que aquello de que estos prados son hechos. Ni idea. Y así me quedé.
Luego cerré el trato, y empezamos con nuestras andanzas en la Vega de Pas. Poco a poco, de fin de semana en fin de semana. Y al tiempo, mira tú por donde, descubrimos que había otro montón junto a la carretera : El misterio de las piedras estaba servido.



Y siguieron las labores, y empezamos con la huerta. Selecciono un trocito de prado, quito el tapín de hierba, meto la pala para labrar mi primer bancal, y ahí mismo estaba la respuesta. Carretilla a carretilla, descubro la cantidad de piedra que hay aquí. Tanta que los bancales los tuve que labrar con un pico. Y con la carretilla llena, ¿Qué hago con todas estas piedras? Pues colocarlas en un montón ordenado cerca del prado, donde no molesten.

Estos prados son hechos. Limpiando lo que antes eran bardales y escajos, palmo a palmo, quitando rastrojos, segando, cuidándolo, y apartando todas y cada una de las piedras y mas piedras necesarias para obtener la superficie que ahora vemos. Sudando cada metro cuadrado de prado que hoy pueden segar y pacer las vacas.
La próxima vez que en un domingo perdido estés dando un paseo para bajar la comida, camina un rato carretera abajo. Luego coge una piedra del tamaño de un melón, vuelve con ella hasta donde aparcaste, y pregúntate cuánto has pagado por tu último litro de leche.  

FUEGO EN EL MONTE

Llega el verano, y con él los incendios que salen en el telediario. Parece que el fuego nos asusta, como si aún no fuera un elemento más o menos dominado. Pero como ocurre con casi todo en este mundo, nada es bueno o malo en términos absolutos, sino relativos. Ni siquiera el fuego.
No hablaré del fuego provocado por el típico hijoputa o enfermo, que nunca es deseable, y cuyos autores deben ser tratados adecuadamente por la sociedad. Ni del accidente del tonto del haba dominguero barbacoista. 
Tampoco de un fuego que de una u otra manera acaba llegando al bosque, a zonas de arbolado. Éste creo que nunca es deseable.
Pero a veces, hemos visto arder pastos o zonas de monte bajo, de forma más o menos controlada o intencionada, con o sin autorización (sepan ustedes que para quemar rastrojos es necesario obtener un permiso del Servicio de Montes, y que se tramitan cientos a lo largo del año). Y no parece que necesariamente sean todos perjudiciales.
Lo cierto es que yo no sé del tema lo suficiente como para tener una postura muy firme (por tanto ni en uno ni en otro sentido), pero sí parece que antes de creer que el fuego es por sistema pernicioso debemos escuchar a aquellos que viven en y del medio que pretendemos proteger.
En mi pueblo, la gente distingue entre Prado, Cuesta y Monte.
Prado, todos sabemos lo que es, y parece que es relativamente fácil de conservar y mantener, no? Pues no es tan fácil. Si el prado se aprovecha a diente (esto es, mediante ganado que pace en él, como son la mayoría en esta zona), resulta que las vacas escogen lo que comen, y no lo comen todo, con lo que año tras año, lo bueno va a menos y lo malo aumenta, hasta echar a perder la producción de hierba del mismo. Es necesario meter otro tipo de ganado, yeguas u ovejas normalmente, que limpien la totalidad del prado para mantenerlo. Y no hay tantas, ni es tan sencillo mantener ganado económicamente poco rentable para que limpie el prado.
Monte, ya se sabe, con árboles. Aquí no hay fuego que valga, ya que en el hipotético caso que fuera necesario despejarlo, debería hacerse por medios mecánicos y por lo menos, como mínimo, aprovechar la biomasa.
Cuesta. ¿Qué se entiende por cuesta en la Vega de Pas? Pues es un terreno bastante inclinado, que no es un prado trabajado y cuidado, pero que es susceptible de algún aprovechamiento por el ganado. Cuando vemos esas hermosas fotos de los valles pasiegos, con sus prados delimitados por tapias, la cuesta es lo que queda en la parte de fuera de las mismas. Normalmente, se pueden aprovechar sacando al ganado en verano a las mismas,


El uso que se puede hacer de ellas es limitado, y rinden lo que rinden, pero pueden mejorarse eliminado las plantas secas, duras y de mala calidad, por ejemplo mediante el fuego, que propicia una regeneración de los pastos.
Mucha gente aquí piensa que si se permitiera quemar de forma controlada y organizada, con apoyo de las cuadrillas de montes o de los vecinos, de forma mas generalizada, se aumentaría la superficie de zonas de pastos, y con ellos la rentabilidad de las ganaderías.
Lo cierto es que yo no sé del tema lo suficiente como para sentenciar, pero lo que sí sé es que el día que deje de haber ganaderos extensivos que mantengan el entorno como lo conocemos, no van a tener ustedes montes idílicos para pasear, sino cientos de hectáreas impenetrables llenas de zarzas y escajos. Que también es naturaleza, oiga. Pero que lo sepa.

PANTANIS Y MIGUELONES

Aitor es un ganadero como pocos. Un tipo especial. He aprendido bastante de él, entre otras cosas de ganadería. Hablándome de cerdos en una tarde perdida, me dijo que en todos los lotes siempre hay algún "Pantani". Y yo, que no soy de deportes, no entendía que quería decir :
- Pues eso, que siempre hay alguno delgadito y poca cosa que se queda atrás.
Efectivamente, entre los míos había uno así, que fue bautizado de inmediato. Y de rebote, el mas hermoso, pasó a ser Miguelón. Pero si son de la misma camada, y tienen comida ad libitum ( o sea, que pueden comer todo lo que quieran) ¿Por qué unos crecen más que otros, y con tanta diferencia? . Intentaré dar una explicación científica de cosecha propia.
En primer lugar, la constitución del animal, su físico, debe de suponer un máximo al potencial de crecimiento del mismo. Por salir como salió, cada uno podrá llegar a un máximo de peso. Luego viene la competencia por la comida, de forma que los mas grandes ganan las mejores posiciones en sus disputas frente al comedero, y comen mas. Y esto se repite en los bebederos, y como beben mas, también comen mas. Pasa desde la teta de la madre, que unos se quitan a otros.
También influyen otras cosas curiosas : leí que los animales que tienen las orejas grandes, estadísticamente son mas pequeños, ya que tienen menos visión por los laterales, y eso les perjudica en la competencia por los comederos. En definitiva, creo que cada uno llega a un cierto porcentaje de su máximo, en función del resultado de la competencia por el alimento, y ese porcentaje es mayor cuanto mayor es el máximo. Esto es, los grandes son cada vez mas grandes, y se acentúan  cada vez mas las diferencias en el grupo. 
Pero si en las granjas como la mía tienen para comer lo que quieran, por qué no engordan todos hasta este máximo? Pues porque a pesar de tener de continuo el comedero lleno a disposición, no comen todo lo que podíamos pensar.
El cerdo es un animal gregario. Pero mucho. Esto quiere decir que su comportamiento como parte del grupo prima sobre el individual. Y se constata a diario. Cuando van a comer, van todos en tropel, y el que come come, y el que no........ Pues comerá mas tarde, no? Pues no. Cuando van a comer van todos juntos, y cuando los primeros, que son los mas grandes y mejor posicionados han terminado, se van, y se van todos. Y luego toca beber, y estamos en las mismas. Y luego se tumban, y se tumban todos.
No existen cerdos que atraquen la nevera por la noche en solitario. Sería mejor para los ganaderos, pero no es así. Por ello, para empezar bien hay que poner comederos y bebederos con muchos puestos, para que compitan lo menos posible.
Y aquí llega el dilema : Ya que voy a tener "Pantanis" de forma irremediable, ¿Qué hago con ellos? ¿Cómo tratar a Bajito y a Pitufo? La primera idea fué la discriminación positiva, como en el parlamento. Anillar a los animales, y dejar a los pequeñines sin anilla. Cirujía estética para recortarles las orejas. Separarles del grupo y ponerles su comedero propio : Sin solución aceptable. No me gustan estas ideas.
Pues de momento, pongo muchos comederos, los mantengo siempre llenos, les doy ánimo, y les dejo en paz con el grupo, y que lleguen a donde tengan que llegar. Los dejo los últimos, para ver si con mas tiempo, se ponen un poco mas hermosos.
Si siguiéramos un punto de vista económico ¿sería mejor dejarlos para el final para que lleguen a un cierto peso, o será mas rentable deshacerse de ellos cuanto antes, ya que van a consumir alimento que sería mas productivo en otro animal.?. Me alegro de no tener que resolver esta ecuación. Pitufo se queda en el grupo, y ya está. 
Aitor dice que Pantani le dio buenos momentos de alegría en las tardes del Tour. Y a mí Pitufo me resulta simpático.

FUNCIONARIOS

Ahora que la crisis ha pasado* ya no nos acordamos, pero hace unos meses el Gran Hermano** dirijo nuestros odios hacia un chivo expiatorio llamado funcionariado. Todo el mundo parecía tener claro que el origen de todos nuestros males era esta "casta llena de privilegios". Se les criticaba abiertamente, como si fueran culpables de tener trabajo fijo, aún habiéndose quedado sin paga de navidad, sin tener en cuenta nada de lo acaecido antes de esta crisis de valores que nos azota. 
Bien es cierto que como en todos los gremios, algunos son dignos de escarnio público, y tampoco digo que entre estos el porcentaje pueda ser un poco mayor o menor que entre otros colectivos. Que yo mismo hubiera ahogado a alguno en las filas de correos. Pero cuidado, que son los mismos que nos educan, nos sanan, o nos protegen.
El pasiego glotón se ha topado con ellos en varias ocasiones, y me llena de orgullo y satisfacción decir que el resultado ha sido siempre el mismo : Excelente. Pues si. Como lo digo.

AYUNTAMIENTO : Para dar de alta una ganadería, es necesario un certificado del ayuntamiento. Llamé para pedirlo, me mandaron el impreso vía mail y lo devolví relleno. 
Por curiosidad miré los registros de envío del correo electrónico : tardaron menos de veinticuatro horas en mandarme el certificado escaneado, firmado por el alcalde, diciéndome que el original salía por correo ordinario. Para ser un municipio de 824 habitantes, no está mal. A ver que pasa cuando llegue esa "racionalización" y nos quiten los ayuntamientos, que son la administración mas cercana al ciudadano. A ver quién limpia las cunetas de Vega de Pas.

OFICINA DE EXTENSIÓN AGRARIA DE CORVERA DE TORANZO : 
- Oiga, quiero traer cerdos de fuera de la comunidad autónoma. ¿ dónde tengo que sacar la guía (autorización) de transporte, aquí o allí.?
- En origen. Pero necesitas permiso nuestro.
- ¡ No me diga ! ¿ que tengo que hacer? ¿ cuánto tarda ?
- Pídelo por escrito. Si no hay problemas sanitarios, lo compruebo y  tardo poco.
Me quedé un poco intranquilo, pues el viaje estaba ya concertado, y el concepto "poco" es tan relativo...
Impresionante : El veterinario, ante el que me descubro, tardó trece minutos en contestar por escrito. Trece minutos. Trece.

ODECA .
- Buenos días. Me quiero certificar en producción ecológica de porcino ¿ Qué tengo que hacer?
- Volver la semana que viene.
Vaya, ya estamos.
- ¿ y por qué ?
- porque el vacuno me lo sé muy bien, pero como de porcino no hay nadie, tengo que revisar normativa.
La atención a semana siguiente fue impresionante. Me guiaron sobre los aspectos mas complejos, me mostraron ejemplos de otros productores, indicaciones, consejos, extractos de normativa, me dieron enlaces de manuales de otras administraciones. En definitiva, no pasé un trámite burocrático, sino que realmente me ayudaron a certificarme. Con interés. Con profesionalidad. O más.

SECCIÓN DE INSPECCIÓN VETERINARIA : 
Me dirigí a ellos porque quería fabricarme un cajón y homologarlo para llevar los cerdos de forma legal sobre una pick-up, y así poder cargar y descargar en la misma cabaña, lo que me ayudaría a reducir el estrés en el transporte de los animales.
Cuando entendieron lo que quería y el porqué, a pesar de ser algo inusual, me dieron indicaciones muy precisas sobre las condiciones a cumplir, y accedieron a revisar el boceto antes de fabricarlo, para evitar gastar en algo que luego no pudieran validar. Fueron claros y concisos. Sin tibiezas. 
Una vez fabricado, la homologación fue como la seda. Tal como me habían dicho. Para mí, que soy de profesión y formación técnica, fue un proceso limpio y claro. Genial.

Bueno. Ya he terminado mis historias agrarias. Ahora que lleváis unos minutos leyendo, habéis tenido tiempo de pensar. ¿Quién ha ido a la Seguridad Social con un problema de verdad? ¿Quién ha tenido que ver apagar su casa? ¿Quién tiene a sus hijos en un colegio público?
¿Quien coño no se ha dado cuenta aún que los funcionarios son la solución a muchos de nuestros problemas, y ni de lejos la causa? ¿Quién no sabe buscar en las sillas de los despachos enmoquetados que están en la planta de arriba?


NOTAS :
(*) por los cojones.
(**) el de "1984", no el de telecinco.

ANIMALES PARA COMER

Vaya por delante mi respeto a todas las opciones, pero yo como carne. Y crío animales para comer. Me parece un proceso natural, que debe hacerse sin problemas morales, pero con respeto al animal.
Los primeros cerdos llegaron siendo muy pequeños, negros y juguetones. Eran unos bichos simpáticos que en seguida nos cautivaron a todos, y cómo no, en especial a mis hijas, que entonces eran muy pequeñas. Y ya está el lío montado. A ver como se lo toman. Pues las cosas claras, y el chocolate espeso.
Desde el principio les enseñé que estos animales los criamos para conseguir alimento, que van a ser sacrificados cuando llegue el momento. Que debemos tratarlos con respeto, y procurarles las mejores condiciones posibles, pero que son para comer.
Todo el mundo me auguraba jaleo el día que los cerditos desparecieran, que jamas los iban a probar, que tendría un disgusto familiar. Pero las niñas entendieron bien la situación. No digo que no les diera lástima, que no se hubieran quedado a gusto con los animales sólo para jugar, que algún día no tuvieran un conato de ataque de pena, pero entendieron la situación y la asumieron.
Los siguientes lotes eran mas numerosos, y por tanto mas simpáticos. Pero la idea de criar para obtener alimento estaba ya afianzada, y no sólo porque ya habían probado las salchichas de cerdo, que me ayudaron a evitar conflictos, sino porque los niños ven como natural este proceso si se les explica sin tapujos y sin rodeos desde el principio.
Luego fueron las terneras. A ellas les llaman menos la atención, por lo grande del animal, o porque son menos interactivas. No sé. Pero a mí la "rubia" me resultaba un animal afable, y subirla al camión para llevarla al matadero no fue fácil. Y con los cerdos, también hubo momentos difíciles.
En aquel entonces no era así, pero ahora cargo a los cerdos en la misma porqueriza, engañándolos con suero o leche y con hierba. Ni los ato. Cuando están dentro del contenedor, lo cierro rápidamente, y sólo queda el viaje hasta el matadero. Ni se enteran. Pero antes, los ataba y los iba engañando desde lejos, hasta que llegaban al pié de la rampa, y entonces tiraba de la cuerda, hasta que quedaban dentro del vehículo. Pero con aquel algo salió mal, y se puso nervioso, empezó a tirar de la soga antes de tiempo, estuvimos un rato forcejeando,hasta que se soltó y salió corriendo.
Le puse agua y le dejé descansar. Se tumbó a respirar mientras yo, todavía jadeando, me limpiaba el corte que la cuerda me hizo en la mano. Éste era de los mejores. Me solía buscar cuando entraba a la porqueriza, para que lo rascara el lomo, y se me tumbaba a los pies. Hasta mañoso.
Entonces metimos la pick-up de culo hasta la misma porqueriza, aprovechando el desnivel existente, e improvisamos una pasarela con palets. Mi mujer se sentó dentro del contenedor con varios manojos de hierba, hasta que tras mucho mucho rato, se fue acercando, y ¡zas! lo encerré dentro.
Hago notar, para los mal pensados, y quisquillas, que primero salió ella del contenedor. Teníais que haberla visto, cómo maneja a los animales (incluso a los de cuatro patas). El último lo cargo y descargo en el matadero sin ayuda de nadie. Es un tesoro ( y lo de los cerdos es lo de menos).
Una vez cargado, ya tranquilos todos, hablamos de lo especial que era éste, y el que tocaba la semana siguiente, y que sólo quedan dos, y que ése es el favorito de las niñas, y .......
Estaba mi cuñada, que había venido a ayudar, y me debió de ver cara de pena
- Pero a tí no te dará pena, no?
- El día que me deje de dar pena, dejo de tener animales.

A CONTRARELOJ

Ya está aquí de nuevo.
Ha llegado, y todo el mundo está listo para acometer su tarea.
Tras las pertinentes lluvias de primavera, el calor aprieta, y los prados están dando su fruto. Vuelve como todos los años, una de las tareas mas importantes para los ganaderos : "la yerba".
En la costa, los prados se siegan varias veces al año, pero aquí solo una o en el mejor de los casos dos, allá por mayo-junio y otra antes de que la hierba se agoste. Esta es una de las tarea mas importantes del año, ya que de ella depende el alimento de las vacas durante el invierno. Toda la familia se afana en el trabajo.
En estos días, se ven a los chavales que acabaron el cole, a los que están en la universidad, e incluso a los que no quieren saber nada del pueblo. Los que están el resto del año metidos en casa, a los abuelos, y a los primos lejanos. Todos se aplican, trabajando de sol a sol.
Pocas fincas permiten mecanizar la tarea, por lo que se suele segar a mano, y esto requiere mucha mano de obra. Luego hay que esperar a que se seque, y voltear la hierba, para que seque por el otro lado. Después, atropar y guardar el heno en el payo de la cabaña. Y hay que hacerlo rápido, porque si llueve se puede echar a perder. Es fundamental aprovechar los días de calor. La actividad es intensa. Mucho.
El heno es la hierba seca, que se guarda en los pajares, en montones en el exterior (los que vemos en torno a un palo largo clavado en el suelo), o se hacen pacas, y es la base de la alimentación en invierno. La paja es el tallo del cereal ( trigo, cebada, etc) cosa poco habitual en Cantabria, por lo que casi toda se compra en Castilla. Es un alimento bastante pobre, y se usa a veces para las camas de los animales. La hierba en verde también puede ensilarse, en el típico silo de bloques, o en bolas forradas de plástico. De esta manera sufre una especie de fermentación anaerobia que la conserva, y le da ese olor característico que todos reconocemos.
Hay una competición no declarada entre las familias, que se juegan la reputación y el prestigio de ser los primeros en acabar la hierba. Creo que hay algo morboso en ello.
Junio en la Universidad. Me veo consultando el calendario de exámenes, deseando que el último caiga por San Juan o antes. De esta forma hay una posibilidad. Si es así, siempre hay una disculpa para volver a la escuela al día siguiente, y pasear tranquilo por los alrededores de la biblioteca, sentarse en la escalinata de la entrada o tomar café sin prisa. Recuerdo que un año incluso leí un Marca. Todo mientras yo ya había hecho mi último examen, y aquellos pobres compañeros seguían estudiando. 
Y hoy, cuando es fiesta en Vizcaya y yo no trabajo, dejo a las niñas en el cole y paseo tranquilo por la Alameda, despacio. Miro a la gente, y me doy cuenta que llevo una sonrisilla tonta, como diciendo "estoy de fiesta", por si no se ha notado "yo hoy no trabajo".
Ellos siguen ahí, rastrillo en mano, trabajando sin cesar, horas y horas. Y cuando paso por la carretera, veo a alguno sentado en el prado, o a la puerta de casa sin hacer nada. Este ya termino la hierba. Y se preocupa de que todo el mundo, mientras suda atropando sus últimos montones, vea que él ya ha terminado, y quizás sean los dos únicos días al año que no hace nada, pero nada. Y que se note.
Creo que hay algo morboso en ello.

PASIEGOS Y JUEGOS

Todo el mundo a parado alguna vez en uno de esos espectaculares miradores que hay en la zona del Pas, al borde de la carretera, observando lo bonito e impresionante del paisaje. Solemos pensar cosas como "naturaleza pura", "vida natural", "entorno privilegiado"... y es cierto. Pero pocos pensamos en segar una pendiente que asusta a las cabras y luego acarrear la hierba hasta la cabaña a base de belorta, ni en cavar a azada una zanja hasta el regato mas próximo para enterrar una goma y tener agua en la finca, o en subir una viga, a saber cómo, para arreglar un tejado. 
Es la dureza del paisaje, y su orografía lo que condiciona la manera de explotar los recursos naturales en la zona, y por tanto la vida, y en consecuencia el carácter de sus habitantes y todo lo que se habla de los pasiegos. Que seguramente sea mayoritariamente cierto. O una buena parte. Pero es que la vida en estos lugares es o ha sido, o sigue siendo muy dura. Pero mucho.
Hemos oído tópicos de pasiegos en las ferias, y esto y lo otro. Y su carácter. Y aquello.
Me contó una profesora, que en esta zona, incluso los juegos infantiles seguían patrones propios, generalmente de imitación de las tareas paternas, y en cierta manera despreciando los juegos normales, mas banales.
En esta línea, los niños jugaba "a vacas", con unas figuras de madera que asemejan las formas del ganado.


A veces cuando voy a la cabaña en fin de semana, por la mañana, veo a algún crío por la carretera, con su vara ayudando a mudar el ganado. En ocasiones chavalucos que van solos. Con su buzo y sus botas de goma. 2.014. Manda "güevos".
Pero cuidado, no se nos llene la boca con críticas. Antes que nada, hagamos un esfuerzo por entender y comprender.

ANIMALES Y PASTOR ELECTRICO

Imagino que todos conocéis lo que es un pastor eléctrico : un dispositivo electrónico dotado de dos bornes, por lo que circulan impulsos eléctricos de muy alto voltaje. Uno de ellos se conecta a una alambrada constituida de un hilo conductor, debidamente aislada de los postes, y el otro se conecta a tierra. De este modo, cuando alguien toca el hilo conductor, cierra circuito con el suelo y recibe una descarga eléctrica. Seguro que habrá quien piense que es brutal.
Pues yo no lo creo. Es un método eficaz para contener el ganado y en ocasiones el único. Lo cierto es que no es un sistema de castigo, sino disuasorio. Los animales aprenden lo que es, y rara vez sufren descargas. Yo me he llevado mas por accidente que mis cerdos, y tampoco es para morirse.
Las vacas no son tan listas, pero a los cerdos con una sacudida les vale para aprender lo que significa ese hilo blanco que rodea el prado. Quizás alguno, mas torpe, se haya llevado un par de ellas, pero estoy seguro que "bajito" a aprendido viendo a los demás, sin necesidad de experimentar en su propia carne. 
Cuando los animales llegan a mi granja, primero están unos días encerrados en la porqueriza, para que aprendan a usar los comederos y bebederos. Cuando están hechos al sitio, aún encerrados, pongo un hilo de pastor conectado en una de las paredes, o en la portilla, para que aprendan lo que es. De esta manera, luego puedo dejarlos salir al prado, ya con la seguridad que no se van a ir al monte, porque respetarán el hilo. Y llama la atención cómo lo respetan.

Este proceso de aprendizaje es necesario, porque si se les suelta en el prado e intentan salir por una alambrada o cierre de malla, y topan con el hilo por primera vez, van a salir disparados, como un bulldocer, llevándose por delante valla, malla y lo que se encuentren. Y os aseguro que son brutalmente fuertes y brutos. No se les para.

El otro día, hablando con un vecino :
EL : ¿ Por qué has puesto el pastor con esa cinta blanca, en lugar de un alambre normal, que es mas barato?
YO : Porque las niñas lo van a distinguir mejor. Para evitar que les sacuda.
EL : El mejor pastor es el de alambre.
YO : El mejor pastor es un comedero "ad libitum".
Me miró con cara rara, e hizo como que había entendido lo que le quería decir.

Se entiende por alimentación ad libitum aquella en que el animal dispone de comida a voluntad, esto es, lo tiene siempre a disposición y come lo que quiere. Así es como están los míos. Y lo que quise decir es que con cereales a discreción, agua corriente fresca, y un tío que les lleva suero de leche y manzana cada dos días, los cerdos no se van a ir a ningún lado. 
En mi mismo barrio hay uno que los tenía medio sueltos, paseando por el monte, e incluso a veces los ví por la carretera, y a la noche volvían a su sitio, porque les daban maíz a destajo. 
Hace dos años, un bidón de 200 litros perdió el calzo, y hecho a rodar prado abajo, arrancándome cinco metros de valla con pastor incluido. Cuando lo vi a los dos días, los cerdos estaban dentro, tan tranquilos. Seguro que habían salido a pasear, pero ahí estaban. 
Por eso creo que mis cerdos viven bien. Y me gusta.