NUESTRA EXPLOTACIÓN

El Pasiego Glotón es un embrión de granja ecológica situada en los valles pasiegos de Cantabria.
Actualmente inicia el proceso de comercialización con su producto estrella, el cerdo ecológico, siendo los primeros de la comunidad autónoma en hacerlo.


En las siguientes páginas te explicamos nuestro proyecto, cómo hemos llegado hasta aquí, nuestras idas para el futuro, y te mostramos cómo trabajamos.
También tienes información sobre la gama de productos que te ofrecemos y su comercialización. Esperamos que te gusten.

¡¡¡Visita nuestro blog, conócenos, y ayúdamos a mantener vivo este ilusionante proyecto!!!

¿QUÉ Y QUIENES SOMOS? :

El Pasiego Glotón es una pequeña explotación agropecuaria, no profesional, ubicada en los valles pasiegos de Cantabria que funciona en régimen ecológico.



También es nuestro rincón de disfrute, donde pasamos fines de semana, dias sueltos, vacaciones si se puede y donde vamos con nuestra familia, nuestras hijas y algunos pocos amigos. Aquí nos entretenemos con la huerta, atendiendo a los animales, o haciendo alguna obra de mejora. O nos tumbamos al sol, o nos quedamos delante de la chimenea....
Actualmente produce, o está en trámite de producir y comercializar, carne de cerdo (primeros en Cantabria), de ternera y elaborados de productos vegetales, todo ello de origen ecológico.

La explotación tiene dos fincas. "La Suertuca", de unos 2.500 metros cuadrados, alberga la cabaña, una pequeña huerta donde comenzó todo, unos pocos frutales que aún no producen casi nada, un corral para engorde de terneras, y una porqueriza. Todo ello a escala familiar. "El Praduco", de 25.000 metros cuadrados aproximadamente, es zona para el pasto de vacas, que normalmente compartimos o cedemos a otro productor ecológico vecino.
Nosotros no somos profesionales de la agricultura ni la ganadería, ya que ambos tenemos otros trabajos, pero sí queremos comercializar nuestros productos para que mantener y mejorar esta aventura no nos cueste demasiado dinero.

GÉNESIS :

De pequeño, cuando pasaba lo veranos en una casa "de pueblo" con mis padres, teníamos una huerta que trabajabamos todos juntos. Creo que desde siempre me gustó.
Con los años pude adquirir una pequeña cabaña pasiega, en la que poner mi propia huerta, y criar algunos animales, que ahora disfruto con mis hijas. Recuerdo que en cierta ocasión un amigo, aficionado al esquí, me dijo que ésta es una de las actividades que unen a padres e hijos hasta más tarde. En mi caso, fué la huerta, y después de esos años que todos pasamos alejados de nuestros padres, ahora todos volvemos a tener algo que compartir (además de las nietas). Incluso mi suegra es otro eslabón importante en todo esto (tener una afición en común con la suegra es una bendición, os lo aseguro).



Así me encontré con treinta y tantos, en la Vega de Pas, con una mujer dispuesta a todo y una azada en la mano. La cambié por un pico, y labré el primer bancal (coño, la de piedra que quitamos). Luego otro, y otro. Unos árboles que nos comieron las vacas del vecino, y otro bancal. Más piedras. Y pusimos una hermosa huerta, hasta lo de las cabras.... y la pusimos otra vez, y otro bancal, y plantamos de nuevo los frutales, hasta que tuve los doce bancales que queríamos.



Verdura para dar y tomar, y también para encurtir. Mermeladas y unos cerdos para el congelador. Groselleros junto a la tapia, y el registro como productor ecológico. Ahora, cerdos para comercializar, y terneras para los elaborados de carne.



Y por delante : proyectos para mejorar los pastos, y elaboración de nuestro propio pienso, cría de los animales desde la madre, y conejos y pollos. Y mi mujer, que puede con todo. Y yo, que me vuelvo loco, y me ilusiono con más de lo que puedo hacer. Poco a poco, sin pausa. Con mucho trabajo.